Hoy en día las empresas se gastan miles de millones de euros en marketing y no obtienen el resultado que quieren. Solo en España en 2006 llegó a 28.887 millones de euros.

Habrá quien diga que el Santo Grial está en el marketing digital y puedes encontrarte miles de ofertas de empleo en Community Manager o Director de Marketing Digital como si fuese la solución de las empresas… Y no es de extrañar, hoy en día si no “estás en Internet” no existes. De hecho, en Internet tienes toda la información necesaria para que tu cliente -que seguramente no tiene más tiempo disponible que para hacer una búsqueda en Google y leer un par de minutos- te compre. O eso es lo que muchos creen.

Sí, es cierto que los clientes tienen toda la información necesaria a un click de distancia, pero las empresas no pueden controlar el 100% de la información que aparece de ellas en la red y, además, esa información no proporciona la posibilidad de establecer una relación larga y duradera. De hecho, hay tantísima información en Internet y demás medios, que el cliente en muchas ocasiones se satura.

Cada persona ve más de 2.000.000 de anuncios a lo largo de la vida… Entonces, ¿cómo podemos hacer para que el dinero invertido en Marketing produzca unos resultados óptimos?

Una de las posibles definiciones de Marketing es: “Disciplina dedicada al análisis del comportamiento de los mercados y de los consumidores. El marketing analiza la gestión comercial de las empresas con el objetivo de captar, retener y fidelizar a los clientes a través de la satisfacción de sus necesidades”.

análisis de comportamiento, fidelizar…

Pues nada, si realmente el marketing de hoy en día puede hacer esto por sí solo, ¡adelante! Sigamos gastando millones de Euros, Dólares, Libras, Bitcoins, plátanos o la unidad que prefieras en ello… pero es curioso que entre el 80% y el 90% de productos que salen al mercado (respaldados por estudios de marketing) fracasen, ¿cómo puede ser?

Podría adentrarme en todas las debilidades del marketing y de las estrategias que utilizan las empresas actualmente. Pero, de hecho, hay miles de blogs en que se explican, pero ese no es mi objetivo con este artículo.

Simplemente haciendo uso del pensamiento crítico expondré 3 hechos relacionados para seguir con mi desarrollo:

  • Si todas las empresas ofrecen los mismos productos a los mismos precios y de la misma manera, ¿dónde se percibe la diferencia?
  • Cuántos de nosotros, estando en el trabajo hemos sido bombardeados por anuncios de un producto o servicio que hemos buscado anteriormente y vuelve a nosotros en forma de anuncio o banner omnipresente. Incluso puede que hayas terminado insultando al anuncio por la desesperación o la frustración provocada por esta persecución. No sé si esta forma de actuar es satisfacer una necesidad, conocer a tu cliente o exponerse a una posible demanda por acoso.
  • Hoy en día, existe una industria que se gasta cientos de millones de Dólares en el conocimiento de la función cerebral y no es el marketing. Y no… no es la que estás pensando, es la otra.

Actualmente, las empresas más importantes del mundo ya están usando aplicaciones de neurociencia en la empresa: neuromarketing, neromanagment, neurocomunicación… Y está claro que los primeros en trabajar con estas técnicas disfrutan de una importante ventaja competitiva, pues pueden crear relaciones largas y satisfactorias con sus clientes, que no nos olvidemos son (juntamente con las personas que trabajan en la empresa) el activo más valioso, pero seguramente por eso son líderes.

¿Quién querría seguir la estela de por ejemplo Apple, Coca-Cola o IKEA?

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